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Mapa del Imperio Tiwanaku-Wari.

El Imperio Tiwanaku-Wari o Tiahuanaco-Huari, fue la fusión de las dos culturas más influyentes de la época, la Cultura Tiwanaku y la Cultura Wari, de la América precolombina, se desarrolló en los Andes, dentro de los actuales territorios de Bolivia, Perú y Chile

Los Wari, los Tiawanakotas, siempre tuvieron una vocación integracionista. Se dieron cuenta perfectamente que uniéndose con otros podrían soportar mejor los fenómenos naturales; además de poder rechazar en forma coherente y coordinada, los ataques de posibles invasores, amén de desarrollar económica, social y militarmente.

Por un lado la vocación integracionista de los reinos Wari y Tiawanaku; por otro lado, la pasada experiencia Wari, exitosa de integración de las culturas Nasca y Huarpa (como forma de enfrentar la decadencia y la debilitación de su presencia como Estado en sus respectivas áreas de influencia), llevaron a estos dos reinos a integrarse y formar el Imperio Tiawanaku–Wari, como una forma de enfrentar, no ya, la debilitación de su presencia cultural, sino como una reacción para enfrentar condiciones climáticas cíclicas sumamente adversas que ponían en peligro su subsistencia. Esta integración, no ponía en peligro su subsistencia como Nación, ni como Estado, tampoco ponía en peligro su integridad territorial ni sus zonas de comercio; muy por el contrario enriquecía grandemente su identidad cultural como nación, amén de ampliar sus áreas de influencia territorial, con zonas aledañas que estaban en peores condiciones que ellos y que clamaban por ser anexados para solucionar sus problemas. De esta forma, los Estados Wari y Tiawanaku, se dieron cuenta, que podían extender sus territorios en forma pacífica.

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Vista parcial de Tiwanaku

Evidentemente que los gobernantes diseñaron una forma equitativa de fusión, por ejemplo, con los excedentes y el producto del comercio. Los resultados de tal fusión, fueron espectaculares en términos territoriales: inmediatamente, el área de influencia del nuevo Imperio, se extedió por el norte hasta Ecuador, por el sur todo Bolivia y el norte de Chile; hasta la ceja de selva por el este y hasta el Mar de Grau, por el oeste. Así, se puede detectar los siguientes centros de difusión cultural y comercial: Wiracochapampa (La Libertad), Wilcawaín (Áncash), Cajamarquilla y Pachacámac (Lima), Wariwillca (Junín), Piquillacta (Cusco), y Pucará (Puno). Seguramente que en algunas ocasiones, las anexiones territoriales no fueron tan pacíficas, pudieron en alguna ocasión utilizar el poder de su ejército imperial, pero parece ser que fueron las menos veces.

Las instrucciones a los gobiernos regionales y locales, seguramente iban por el derrotero de la seguridad, las buenas costumbres, la justicia y el bienestar de la Nación. Fueron los Wari y Tiawanaku, los que consolidaron los principios de la reciprocidad, principio que fue la norma en posteriores reinos.

Con tan poderosa fusión, el comercio se multiplicó, y se centralizó en Wari, por su posición estratégica. Los productos comercializados parece ser que fueron los textiles de lana de auquénidos de los Tiawanako, enriquecidos con colores provenientes del carmín de la cochinilla, común en la zona de Ayacucho. La iconografía de los textiles, representaban a dioses, cabezas humanas, cóndores, pumas, etc. El producto del intercambio, pudo sostener a los habitantes de la ciudad Wari; los excedentes eran trasladados a Tiawanaku. La ganadería y la agricultura, siguieron desarrollándose, como actividades económicas primordiales. Otra actividad de comercio no menos importante, fue la cerámica y las piedras preciosas.

Hacia el siglo X d.C., el Imperio Tiawanaku–Wari, llega a su máximo apogeo, pero en el siglo XII d.C., ya el imperio había perdido mucha de su influencia que tenía en el siglo X d. C.; algo debió pasar sorpresivamente, para que la decadencia de este Imperio se diera. Pudiera ser que se debiera a guerras civiles internas, a la invasión de nuevos y poderosos reinos vecinos, a una revuelta generalizada de zonas alejadas que hartos de ser controlados desde lejanos sitios, se sublevaran; rivalidades entre gobernantes o de poderosos comerciantes, ganaderos y/o agricultores. Lo cierto es que algo se dio, que desencadenó la decadencia Tiawanaku–Wari.

La peor parte de esta pérdida de influencia y de las guerras con poderosos vecinos, fue Wari. Fue destruida totalmente. Parece ser que las acciones militares, las enfrentaron individualmente cada reino, sin coordinación ni comunicación entre estos reinos y de ello, Wari sacó la peor parte, mientras que Tiawanaku, se redujo a un pequeño reino, en su primigenio territorio, a orillas del Lago Titicaca, en donde subsistió modestamente. Todo el poder e influencia que tenían, su volatilizó y nuevamente las culturas, siguen su desarrollo, esta vez, sin influencia, alguna, o por lo menos con independencia para diseñar sus propios rasgos.

Como se dijo anteriormente, la experiencia Tiawanaku–Wari, sobre la integración, fue tan exitosa y caló tanto, que será a partir de ahora una norma de los futuros reinos que se desarrollarán a partir de la decandencia de este Imperio.

Principales sitios Tiwanaku; el extremo sur se encuentra en el desierto de Atacama en San Pedro de Atacama.

El comercio e intercambio entre las culturas posteriores a este Imperio, se sigue dando; pero ya los gobernantes comienzan a manejar el término “integración”, tal y como lo manejaron los Huarpas con los Nascas o los Wari con los Tiawanaku. Este término, se convierte en preocupación de los nuevos reinos regionales que se comienzan a formar.

Tecnología militar[]

Los tiahuanacotas eran culturalmente avanzados y experimentando con varios metales,descubrieron el bronce que les permitió una superioridad militar sin igual ante sus rivales, que les permitió crear su extenso imperio.Era una sociedad sumamente guerrera.

Véase también[]

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